lunes, 7 de junio de 2010

Rutina

Apagar la luz, reposar la cabeza sobre la almohada y cerrar los ojos.
Soñar infinitas aventuras que solamente pueden existir en el mundo onírico, encerrar pesadillas en una bóveda y tirar la llave.
Despertar con el primer rayo de luz que filtra la persiana a medio cerrar.
Respirar profundo para acumular energía suficiente porque el día será largo, apoyar primero el pie derecho y sonreír.
Preparar un mate caliente, largo y rico, untar una tostada con un poco de optimismo y saborearla hasta el final.
Arrancar el día con la certeza de que va a repetirse igual mañana y pasado y pasado o arrancar el día pensando que puede ser el más importante de tu vida.
Y así salir de la rutina y entrar en el mágico encanto de la vida cuando se mueve, de la vida cuando en ella suceden cosas impensadas, de la vida cuando se manifiesta en todo su esplendor, de la vida cuando busca una metáfora para mostrarnos que estamos vivos por una razón más grande que soñar de noche, creer en cábalas y tomar mate.

5 comentarios:

  1. Gracias por leerme y más por comentar, me alientan a seguir con esto y no dejarlo en el abandono!!!!

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  2. Un texto lindo, para disfrutarlo sin tratar de entenderlo. Siempre he pensado que hay textos que uno los lee como si respirara (uno respira, sin más, pero no piensa ni una sola vez al día en el acto fisiológico o físico que significa insuflarnos aire). Este texto es de esos.
    Adelante!

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  3. Olvidé mencionar que al finalizar de leer el texto, se me vinieron a la cabeza las líneas que dan inicio a "Historia de cronopios y de famas", de Cortázar...

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  4. Definitivo...como en instrucciones para dar cuerda a un reloj por ejemplo! Tiene un aire Cortázar. Sucede que a veces uno comienza a escribir contaminado (en el buen sentido) de lo que lee. Si querer, porque en este caso no fue deliberado, se copia un estilo.

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