miércoles, 7 de octubre de 2009

Costados


Para dividir, muros, rejas, signos; para dividir sobran los argumentos.
Porque soy de aquí no puedo ser de allá.
Lo que nace de un costado del río no puede ser jamás criado del otro.

lunes, 5 de octubre de 2009

Esa imagen, la tuya.


Recopilamos imágenes
como haciendo un inventario visual de recuerdos,
imágenes de esquinas con besos,
de juegos de plaza con sabor a infancia.

La primera lluvia
en la que quisimos con conciencia mojarnos.
El llanto retenido
para ahorrarnos la vergüenza de que nos vean llorar.

Encontramos caras
que alguna vez nos hicieron felices
y otras que más de una vez
con fuerza visceral intentamos olvidar.

Y en el inventario de imágenes,
resalta espléndida una imagen de vos;
fuerte, sólida, especialmente contenida en la retina
para volver siempre a mirarla.

Es que sos sencillamente
la imagen ideal,
la construcción mental y afectiva más dulce
que esta cabeza loca puede recordar.

Esa imagen, la tuya,
es la síntesis perfecta de colores,
de luces y sombras;
es el reflejo intacto del flechazo del amor.

Y es la única que quiero tener
especialmente contenida en la retina
desde hoy hasta que de mi
no quede nada.

Esa imagen renovada cada día,
evocada en cada instante,
perpetua, indeleble,
esa imagen, la tuya.

jueves, 1 de octubre de 2009

Tiempo


El tiempo es uno sólo con varias personalidades: pasado, presente y futuro, todas y cada una de sus personalidades se conjugan para que al cerrar los ojos me de cuenta que le falta a este presente arena en el reloj, que le faltó en el pasado un tercio, y que al futuro le faltará sin duda por lo menos un cuarto.

Cuando el tiempo se pasa sin tregua y nos pisa, nos avasalla, se nos tira encima y nos atraviesa como si no valiéramos nada, ahí, en la conciencia plena de que no sólo lo perdimos sino que además tiene alma propia, nos vemos indefensos, dolidos, sumergidos en la angustia por no haberlo sujetado lo suficiente para que no pudiera escapar.

Quisiera hoy agarrarme, sin poder soltarme de la cintura del tiempo, aunque su fuerza me arrastre por el piso; porque así, arrodillada y arrastrada, le pediría por favor una renovación del contrato de oportunidades temporales, una prórroga sin tiempo (aunque a destiempo) para poder hacer, sentir, vivir, pensar, actuar. Todo, desde lo más pequeño hasta lo más grande, desde lo más banal hasta lo más profundo, hacer todo eso que por el costado del tiempo, burlándome de su impronta, una vez deje de hacer.