martes, 23 de marzo de 2010

25 Años


Un cuarto de siglo, dos décadas y media, o simplemente 25 años. Lo puedo decir de mil maneras y va a sonar siempre igual: tiempo consumido.
Pasaron muchas cosas, buenas, muy buenas, malas y muy malas, pero acá estoy sosteniendo el cuerpo y alimentando el alma, entre mi blog y un mate amargo.
Voy con las ansias de comerme un siglo entero y como dije al comienzo ya tengo un cuarto adentro. Habrán cosas buenas, muy buenas, malas y muy malas, pero ahí estaré siempre, sosteniendo el cuerpo (como pueda) y alimentando el alma, probablemente entre una teletransportación y un mate biónico.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Libre Pensamiento


Alcanza con mirar una tarde desde el balcón hacia la calle para darse cuenta la cantidad de mundos que conviven en un solo mundo. Miles de personas diferentes, extrañas entre sí, se encuentran y se desencuentran entre calle y calle.
Qué fantástico sería todo si los pensamientos de esas y todas las personas tuvieran voz, si pudieran salir hacia afuera con independencia del control que sobre esos pensamientos se pudiera tener.
No sería como hablar simplemente, porque podemos controlar qué decir y qué callar, pero ¿cuántas veces pudimos controlar qué pensar?.
Los pensamientos se nos escapan, nos desafían, nos torturan y a veces también nos duelen. Pero son más sinceros que las palabras porque no se filtran, no pasan por el catalizador mental que nos dice: no tenés que decir esto.
Pensar es un don divino y hablar es simplemente una distorsión humana.
Y alcanzaría con mirar una tarde desde el balcón hacia la calle y sentir la revolución, miles de almas sacando todo afuera con una involuntaria pero gratificante honestidad: el almacenero de la esquina sería públicamente el tonto de la cuadra, la mujer de anteojos de sol sería perfectamente conocida como la Sra. que desea al marido de la otra, la otra lo sabría y entonces la Sra. de los anteojos de sol sería la descocada del barrio.
Pensar, sería la locación y no la foto, sería la persona y no el reflejo en el espejo. Sería más desgarrador, pero menos mentiroso. Entonces ¿pienso lo que digo?....No, mejor digo lo que pienso.

Newton


Por cada acción hay una reacción equivalente y opuesta” decía Newton pensando que solamente hablaba de física.
Cada cosa que se hace o se dice tiene en su justa medida una consecuencia. No podemos borrar y sobrescribir, no podemos permitirnos ser incoherentes, no podemos construir depositando la mugre debajo de la alfombra.
No podemos estar repartiendo entre amigos versiones de nosotros mismos enfocadas en todo eso que no pudimos ser.
Perdemos la cuenta de todas las almas que engañadas nos enaltecen y hasta envidian por esa sortija que parece de diamantes pero que de cerca delata su origen de feria.