jueves, 16 de diciembre de 2010

El tiempo y los amantes.

La percepción del tiempo es relativa,
o se escapa y se escurre como agua entre los dedos
o es eterna como la peor de las torturas;
por eso caminamos, bebimos,
dejamos a las burbujas
hacer estragos en el cuerpo,
perdiendo la conciencia
y la potestad de movimiento,
liberando sensaciones y emociones,
dejando a la piel y al espíritu ser libres
de sonrojarse,
de transpirarse,
de desearse,
de tenerse,
de apretarse,
porque sabíamos que estábamos
en tiempo de descuento.
Pero, para no ser crueles con el tiempo
y volverlo protagonista indeseado de la historia
podría decir también
que encuentra su mejor momento
en la manifestación del amor,
es ahí donde ampara y contiene
su mejor escena
y se compra todas las garantías
de ser por siempre recuerdo,
porque para los amantes
que en su amor se aman
no existe nada mejor que
un tiempo para recordar,
una imagen detenida
aunque ya a destiempo,
un reflejo perpetuo 
que no se desdibuje jamás.

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