miércoles, 17 de marzo de 2010

Libre Pensamiento


Alcanza con mirar una tarde desde el balcón hacia la calle para darse cuenta la cantidad de mundos que conviven en un solo mundo. Miles de personas diferentes, extrañas entre sí, se encuentran y se desencuentran entre calle y calle.
Qué fantástico sería todo si los pensamientos de esas y todas las personas tuvieran voz, si pudieran salir hacia afuera con independencia del control que sobre esos pensamientos se pudiera tener.
No sería como hablar simplemente, porque podemos controlar qué decir y qué callar, pero ¿cuántas veces pudimos controlar qué pensar?.
Los pensamientos se nos escapan, nos desafían, nos torturan y a veces también nos duelen. Pero son más sinceros que las palabras porque no se filtran, no pasan por el catalizador mental que nos dice: no tenés que decir esto.
Pensar es un don divino y hablar es simplemente una distorsión humana.
Y alcanzaría con mirar una tarde desde el balcón hacia la calle y sentir la revolución, miles de almas sacando todo afuera con una involuntaria pero gratificante honestidad: el almacenero de la esquina sería públicamente el tonto de la cuadra, la mujer de anteojos de sol sería perfectamente conocida como la Sra. que desea al marido de la otra, la otra lo sabría y entonces la Sra. de los anteojos de sol sería la descocada del barrio.
Pensar, sería la locación y no la foto, sería la persona y no el reflejo en el espejo. Sería más desgarrador, pero menos mentiroso. Entonces ¿pienso lo que digo?....No, mejor digo lo que pienso.

3 comentarios:

  1. Muy pero que muy cierto! Mejor dices lo que piensas! No lies! :P

    Cdt..

    J.V.

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  2. Excelente Marina Soledad, hacìa mucho te leìa! Aplausos

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  3. Hacía mucho que no dejaba que nadie me lea, pero estoy volviendo...

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